¿Qué tal amigos de Radiocensura? Soy Jon Moondog y el día de hoy en su sección de “Porque no siempre alcanza para el cine” les traigo la reseña de una película que pueden adquirir ya en formato dvd, blu-ray o digital y que vale mucho la pena echarle un pupilazo.
Me refiero a la película de “La Habitación” (The Room, 2015). Una película de esas cuya naturaleza atrae reflectores y no por el hecho de generar polémica sino por darnos un pequeño o quizá un gran golpe de realidad.
Para poder adentrarnos un poco más en la materia es necesario aclarar el contexto sobre el cual se desarrolla el filme y es sencillo. La premisa es la siguiente: una mujer lleva encerrada en una pequeña habitación siete años para ser objeto de diversa clase de abusos, entre ellos violaciones y en el transcurso de ese tiempo ha tenido a un niño de nombre Jack que nació y ha desarrollado toda su vida dentro de esa habitación durante los 5 años de vida que tiene y ha sido educado por su madre en función de las limitaciones propias del espacio y el poco acceso a la realidad.
Al principio desconocemos el antecedente, desconocemos al captor y desconocemos diferentes situaciones pero a lo largo de la película se va dando respuesta a cada una de las interrogantes que nos haremos en la primera media hora.
A pesar de su base argumental, la película podría haber pasado sin pena ni gloria pero tres detalles la hacen colocarse en el olimpo de esos filmes de esta década que no puedes pasar por desapercibido: el primero de estos detalles son las tremendas actuaciones tanto de Brie Larson en el papel la madre cautiva y Jacob Tremblay como Jack, su hijo, de verdad hacen sentir la desesperación, el borde de la histeria y las ganas de construir un mundo entero en una habitación.
El segundo de los detalles es la habitación en sí misma, pues siempre me ha parecido maravillosa la capacidad de contar una historia en un espacio súper reducido (cuidado claustrofóbicos).
Finalmente el detalle que resta y no por eso es menos importante es la historia, pues la película no solo se limita a retratar la vida de dos seres atrapados en un cuarto, pues se atreve a ir más allá y a mostrarnos que no siempre la libertad es el final feliz que los cuentos nos han enseñado; hay una vida más allá del abuso y el rapto y en esa vida las personas muchas veces no dejan de ser víctimas del mismo.
A pesar de lo anterior, no es una película totalmente oscura pues aprenderemos que en la capacidad de asombro de un niño (si, esa que perdemos cuando nos queremos sentir más maduros) está la clave para emprender los caminos que se nos presenten, por muy oscuros y escarpados que sean.
Como detalle negativo podría considerarse que varios minutos de la recta final son innecesarios y de ser omitidos no habría pasado nada, incluso se pudo haber un hecho un poco menos cansada, sin embargo, esto no afecta de forma sustancial a la película en general.
Una película cruda, cruel y tensa pero que a la vez invita mucho a la reflexión y a la valoración de la vida que tenemos así como al trato que reciben las víctimas del abuso o de cualquier delito.
NOTA: La película está basada en el libro homónimo de Emma Donoghue.
CALIFICACIÓN: 9/10
