Desde niño he tenido una profunda pasión por la lectura. Con el afán de no caer en la pedantería no mencionaré la edad en la que leí mi primer libro, pero si les compartiré el título porque en ese entonces se volvió el detonador de lo que sería uno de mis vicios: “devorar libros” (figurativamente, claro está); el libro era “Cinco semanas en globo” de Julio Verne.

A lo largo de mi vida me he dedicado a leer muchos libros tanto por gusto como por obligación, pero esta ocasión hablaré sobre los primeros porque dudo mucho que a la mayoría resulten interesantes obras sobre derechos humanos y constitucionalismo. Y bueno, para eso tengo otro espacio.

Uno de mis autores favoritos es el nacido en Portland, Maine; el llamado maestro del terror: Stephen King. Curiosamente mi libro favorito, o mejor dicho saga favorita, no se acerca mucho al terror en el más estricto sentido, sino a una aventura de naturaleza épica dotada de fantasía. Me refiero a la saga de La Torre Oscura.

“El hombre de negro huía a través del desierto, el pistolero iba en pos de él”.

Así comienza la que en mi personal punto de vista es una de las aventuras más entrañables que he tenido oportunidad de leer.

Como dato curioso he de mencionar que Stephen King comenzó a escribir esta obra incluso antes de realizar “Carrie” que sería la que lo llevaría a la fama. Asimismo, La Torre Oscura es un declarado homenaje por King a El Señor de los Anillos (quizá en ello radica mi enorme gusto por esta aventura).

¿Pero de qué va La Torre Oscura: El Pistolero (Capítulo I)?

Imagina lector un mundo post-apocalíptico en el que la desolación domina al mundo que ‘se ha movido’ y todo lo que ves parece un escenario sacado del viejo oeste al más puro estilo de cualquier western de Clint Eastwood. De hecho, en lo personal imagino al protagonista como El Hombre Sin Nombre”.

Este protagonista es un pistolero de nombre Roland de Gilead que lleva tiempo persiguiendo a este Hombre de Negro para ultimarlo por razones que aún no sabemos pero que en el transcurso de la historia se irán desenmarañando.

Pero cuidado lector, no te confíes de lo que lees en el libro al inicio, te darás cuenta después que ese mundo alberga muchas cosas más allá que un grupo de hombres armados con revolver. Una vez superadas las primeras páginas que pueden parecer pesadas por la cantidad de detalles que King describe, conoceremos un poco la historia de Roland a modo de flashbacks, conoceremos sus motivaciones, pero sobre todo, nos daremos cuenta de que el mundo ha cambiado y no es solo ese, sino que el misticismo y las profecías se fundan en historias de un plano por el que tú ya has pasado y conoces.

¿Te imaginas ese mundo distópico en el que el pianista de la cantina del viejo oeste toca ‘Hey Jude’ de The Beatles y donde hay personas que hablan de automóviles y aviones? Sí, así de retorcido.

El final para nada es conclusivo y eso puede frustrarnos, pero el sentimiento de frustración desaparece enseguida que sabemos que ese final solo abre la puerta a lo mejor del viaje: el segundo capítulo que nos conduce camino a la Torre Oscura. Pero ese capítulo lo platicaremos después.

Sin más, espero haber provocado un poco tu interés por esta sensacional pieza literaria y espero que me hagas saber si tus opiniones.

NOTA: La película está próxima a estrenarse en cines.

Soy Jon Moondog y te recuerdo que el arte cuando es bueno, es siempre entretenimiento.

Hasta pronto.